Desde el Levante Almeriense, pasando por el Parque Natural de
Cabo de Gata-Níjar, hasta la Ensenada de las Entinas o
de San Miguel, al oeste de la provincia, Almería ofrece
numerosas zonas óptimas para la inmersión. El buceador
deberá tener en cuenta su grado de experiencia a la hora
de elegir el punto más adecuado. Es importante tener en
cuenta que para practicar submarinismo en zonas protegidas, debemos
contar con los permisos pertinentes. Los clubes y centros de buceo
nos pueden ayudar a gestionar los trámites necesarios.
La Catedral: es una gran masa rocosa aislada
que se alza desde la arena hasta los 19 m y que se encuentra a
dos millas de la costa, en la localidad de Villaricos. Contiene
una gran bóveda en su interior a la que se puede acceder
por un pórtico de tres metros de alto por cuatro de ancho.
Aberturas laterales pequeñas proporcionan al espacio una
luz tenue azulada que hace realza su belleza. Sus visitantes deben
tener cierto grado de experiencia.
Losa del Payo: también en la localidad
almeriense de Villaricos, a 0,7 millas de la costa y a una profundidad
de entre diez y 30 m., encontraremos esta masa rocosa aislada.
A 25 m., un arco de piedra nos invitará a pasar y en las
paredes perimetrales podremos ver un tapiz compuesto por multitud
de esponjas azuladas, rojas y naranjas; en las zonas más
umbrías, hallaremos pequeñas colonias de pólipos
amarillos. También hay una pequeña cueva con la
entrada a 30 m. de profundidad. Podremos pasar con cuidado hasta
el final, donde se ensancha en una sala que tiene una bonita bóveda.
Hay tramos que no entrañan dificultad, pero en otros
se necesita cierto grado de experiencia.
El Ancla: antaño utilizada para el atraque
de cargueros de mineral de hierro, con el tiempo se ha convertido
en asiento de las especies típicas de sustratos rocosos.
Veremos morenas, congrios y salmonetes reales, entre el entramado
de restos de redes que se han ido enganchando a ella. El ancla
se encuentra a 18 m. de profundidad, en la localidad de Agua Amarga,
dentro de la zona protegida del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar,
sobre una gran pradera de posidonia.
Punta del Plomo: es un lugar fantástico
para realizar inmersiones nocturnas. Se encuentra ubicado muy
cerca de la costa, en la Cala del Plomo, al suroeste de Agua Amarga,
en el entorno protegido del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar.
Su poca profundidad, entre seis y 12 m., y la tranquilidad con
que se puede realizar la inmersión hacen que este punto
sea muy recomendado para los buceadores principiantes. Su paisaje
se caracteriza por grandes bloques de rocas cubiertas de posidonia
oceánica. La fauna que encontraremos es la típica
del mediterráneo meridional.
Isleta del Moro: en la aldea de La Isleta del
Moro Arráez, en el entorno protegido del Parque Natural
Cabo de Gata-Níjar, hay un pequeño muelle y antiguo
varadero. Desde su punta, saltaremos al agua para recorrer todo
el contorno del Peñón de la Isleta hasta doblar
su punta, y saldremos por la playa de poniente.
La inmersión carece de dificultad y el paisaje submarino
que ofrece al buceador es muy bonito, una mezcla de escarpadas
paredes y bloques recubiertos de posidonia. En cuanto a la fauna,
nos encontraremos con congrios, morenas, algún mero y muchas
doncellas, fredis y gobios, entre otros.
Fragata del Águila: el lugar es idóneo
para los que gustan de bucear entre pecios (restos de naves que
naufragaron) y restos arqueológicos. Podremos observar
lo que queda de una fragata de combate del siglo XVIII de 20 cañones
por banda: unos nueve o diez cañones, una gran ancla y
algunos trozos de cerámicas, todo ello sobre un fondo de
arena y posidonia.
La inmersión, en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar,
a una milla frente a los Escullos y a 24 m. de profundidad, no
entraña dificultad. La mejor época del año
para realizarla es en verano.
Baliza: este punto de inmersión se localiza
a unas dos millas al sureste del puerto deportivo de Almerimar,
a entre 12 y 14 m. de profundidad. El recorrido tiene lugar sobre
los llamados localmente "listones", que poseen una serie
de salientes horizontales o repisas de gran colorido por la fauna
bentónica que se asienta en ellas. También descubriremos
pequeñas cuevas frecuentadas por langostas y pequeños
meros. En el fondo arenoso que rodea el roquedal hallaremos pequeñas
rayas y algunos restos arqueológicos como trozos de ánforas.
Esta inmersión es adecuada para los principiantes, ya
que carece de dificultad; y la mejor época del año
para llevarla a cabo es el verano.
Cuatro Ventanas: a dos millas al suroeste del
puerto deportivo de Almerimar, esta zona de buceo es muy apta
para principiantes tanto por su escasa profundidad, sólo
siete metros, como por la ausencia de corrientes. Nada más
descender, nos encontraremos con una gran laja que ofrece un sinfín
de cuevas en sus paredes perimetrales. Múltiples columnas
rocosas aparentan sostenerla sobre el fondo y parecen pequeñas
ventanas horadadas en la roca. Podremos observar pequeños
bancos de sargos, congrios, meros y salmonetes reales.
Los mejores meses para llevar a cabo esta inmersión son
junio y agosto.
Piedra del Moro: está situada a pocos
metros de la costa, frente al castillo de Guardas Viejas, en el
área circundante a la Punta del Moro, y accederemos a ella
desde la playa. La inmersión, que carece de dificultad,
transcurre entre bloques de piedras en los que habitan una fauna
diversa aunque no abundante: pequeños sargos, escórporas,
congrios, morenas y salmonetes. También es frecuente la
presencia de jibias que buscan cobijo entre las grietas de los
grandes bloques.
La mejor época del año para bucear en esta zona
es el verano.